por Nicholas Wade
La ubicación del Jardín del Edén se ha propuesto muchas veces antes, pero rara vez en la región limítrofe, algo inhóspita, donde Angola y Namibia se encuentran.
Un nuevo examen genético de la gente en África, el más grande de su tipo, sugiere, sin embargo, que la región en el sudoeste africano parece ser, según la actual evidencia, el origen de los modernos seres humanos. Los autores también han identificado unas 14 poblaciones ancestrales.
Los nuevos datos van lejos hacia la igualación del cuadro genético del mundo, dado que la mayoría de la información genética ha venido de poblaciones europeas y asiáticas. Pero debido a que viene de África, el continente en el cual el linaje humano se desarrolló, también vierte luz sobre los orígenes de la vida humana.
“Pienso que éste es un trabajo enormemente impresionante,” dijo Alison Brooks, un especialista en la antropología africana en la Universidad George Washington.
Generalmente se establece el origen de una especie en el lugar en donde sus individuos muestran la diversidad genética más amplia. Para los seres humanos, cuando los nuevos datos africanos se combinan con la información del ADN del resto del mundo, ese punto se sitúa en la costa del sudoeste de África, cerca del desierto de Kalahari, dijeron los miembros del equipo de investigación, dirigido por Sarah A. Tishkoff, de la Universidad de Pensilvania, en el más reciente número de la revista Science.
La doctora Brooks, que pasó muchos años en el área, dijo que ésta tenía algunos árboles pero que también tenía arena profunda y no era particularmente tipo jardín.
El área es patria de los bosquimanos o gente San, cuya lengua clic se distingue por sus numerosos sonidos que semejan chasquidos o clics. Pero los San en el pasado pudieron no haber estado confinados adonde ahora están, dijo ella. Se piensa que los San ocuparon un área mucho más grande que se extendió probablemente desde el África meridional hasta la costa este, tan al norte como la actual Etiopía.
Puesto que los cálculos de los genetistas se refieren a gente, no a la geografía, el San —y por lo tanto el sitio de la diversidad humana más grande— se pudo haber ubicado en otra parte en el pasado.
Christopher Ehret, experto en idiomas africanos de la Universidad de California, en Los Ángeles, y miembro del equipo de la Dra. Tishkoff, ha detectado rastros de palabras prestadas de la lengua clic en idiomas africanos del este. Esto sugiere que el proto-Khoisan, la lengua ancestral inferida de todos los hablantes de la lengua clic, pudo haberse originado en el África del Este, dijo la Dra. Brooks. La lengua de los primeros seres humanos modernos pudo haber experimentado una ramificación muy temprana, dijo el Dr. Ehret, con los idiomas clic de Khoisan en una rama y los otros tres grupos lingüísticos de África —Nilo-Sahariano, Niger-Kordofaniano y Afroasiático— en la otra rama. Las palabras en clic son difíciles de pronunciar fluidamente y, con una sola excepción, no se conocen ningunos idiomas clic fuera de África.
Otro hallazgo del equipo de Tishkoff-Ehret es que los idiomas africanos tienden a estar altamente correlacionadas con la genética de sus hablantes, hallazgo que ayuda a indicar casos de reemplazo de alguna lengua. El equipo ha encontrado que los varios grupos de pigmeos en África muestran relaciones genéticas distantes con los San y otros hablantes de lengua clic, lo que sugiere que los pigmeos hablaron también una vez los idiomas de Khoisan pero ahora han adoptado los de sus vecinos.
Otro caso de un desencuentro entre lengua y genética se refiere a los Luo, un grupo étnico de Kenia al que perteneció el padre del presidente Obama. Los Luo hablan una lengua Nilo-Sahariana y se piensa en ellos como gente de origen sudanés, pero genéticamente tienen una mezcla pesada de los genes de los hablantes de bantu.
El equipo de la Dra. Tishkoff también ha calculado el punto de salida desde el cual un pequeño grupo humano —quizá una sola banda tribal de 150 personas— dejó África hace unos 50,000 años para poblar el resto del mundo. La región está cerca del punto medio de la costa africana del Mar Rojo.
La Dra. Tishkoff y sus colegas encontraron que las 14 poblaciones africanas ancestrales que detectaron están muy mezcladas, a excepción de los hablantes de bantu.
Fuente: revista Science/The New York Times/Traducción: Mariano Flores Castro
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